Gestión alternativa: los hedge funds se defiende de las críticas

En un momento de incertidumbre donde cada producto y gestor tiene que defender exclusivamente sus intereses, los hedge funds han alzado la voz para defenderse de las críticas que reciben. AIMA, siglas de la Alternative Investment Management Associacion (la asociación de inversores de gestión alternativa traducido al castellano) ha puesto el grito en el cielo ante lo que considera unas críticas desmedidas a estos fondos de inversión libre, ya que desde su punto de vista los gestores de estas herramientas financieras se están limitando a cumplir con lo que se supone que es su trabajo: dar a los inversores beneficios en un mercado extremadamente volátil y en el que los precios caen.

Desde la asociación precisan que no es justo criticar desde determinadas empresas prácticas que hasta ahora habían sido habituales, como ponerse corto en una posición, y que en cualquier caso forman parte de la naturaleza innovadora de los hedge funds. De hecho, AIMA asegura que hay que reconocer a los hedge funds como lo que so, unos fondos de inversión que pueden ofrecer protección ante las caídas del mercado, además de recalcar que contribuyen a aumentar la liquidez de los mercados.

Florence Lomard, director efectivo de AIMA se quejó abiertamente del trato que reciben estas herramientas de gestión alternativa, ya que «los medios de comunicación muchas veces se fijan en los hedge funds en cuanto hay cualquier sospecha de irregularidad en los mercados. Es vital que la legítima venta de activos a corto con el presunto abuso de mercad cometido por actores no identificados hasta el momento».

Estas declaraciones llegan en un momento delicado para estos productos de gestión alternativa. Los hedge funds perdieron un 65,14% de sus entradas en el último trimestre del año, cuando sólo captaron 13.700 millones de dólares. El total de entradas de capital en 2007 ascendió a 114.900 millones de euros. La aportación de España a esta cantidad apenas alcanza los 1.500 millones de euros debido, en parte, a que estos fondos de inversión apenas cuentan con un año de vida en el mercado nacional. Además, su implantación está siendo más difícil de lo esperado como consecuencia de las turbulencias financieras.

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