El largo camino hacia la «AAA»

¿Hemos visto a cuánto vasto imperio caer? Roma, Grecia, Ya nada nos sorprende en este mundo informatizado y con grandes expectativas en los considerados «más débiles«. Ahora que lejos está la calificación crediticia «AAA», Estados Unidos aplica para la frase de «nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde«.

Sin embargo, todos los inversores no creen lo mismo, ¿cuán lejos se encuentra de una segunda oportunidad? ¿Qué tanto debe hacer Estados Unidos para recuperar la máxima calificación? Pese a esto, debemos mirar primero las causas de la caída, que simplemente mostraban señales que estaban allí.

El gran endeudamiento parecía simpático en un principio hasta que los plazos eran más cortos y las tasas más altas. Cuando el oro subía, «era atractivo para invertir» pero no veíamos que a mayor precio del oro menor la confiabilidad en nuestra moneda. Además, no prestábamos tanta atención a que ya hacía unos cuantos meses que la tasa de paro estaba en cifras impensadas en aquel país.

No obstante todo lo anterior, aún está a tiempo de recuperar el rating «AAA». Pero el camino es largo y arduo, y más que esto último por sobre todas las cosas. Lo primero que se debe plantear el país es un objetivo fiscal: se debe saber hacia dónde hay que ir.

Esto no surge de ningún análisis puntilloso sino que las agencias calificadoras lo han dejado claro, como también otros grupos externos.

Se debe generar suficiente ahorro que sea útil y suficiente en virtud de estabilizar la deuda federal de modo que ésta no crezca más rápido que la economía. Así, se debería tratar de equilibrar el presupuesto, que mejor dicho sería estabilizar la deuda, pero suena agradable a los oídos el primero.

¿Cómo estabilizar la deuda? Primero, se debe conseguir reducir el déficit hasta que represente el 60% del PIB (no estamos pidiendo mucho dado que históricamente ha estado por debajo del 40%). Pese a ello, esto es difícil, así que con un 70%, donde se necesitarían ahorros de al menos 4 a 5 billones de dólares en la próxima década; será suficiente.

Otro de los puntos clave será planear a largo plazo, y en forma multianual. Así, este año se debe aprobar un plan que genere esos billones de dólares en ahorros. No hay que esperar a 2012 para ver si llega ¿el fin del mundo? Al parecer, si se no se hace algo pronto, el año próximo será algo similar a ello. ¡Cuidado! Tampoco debemos ver qué sucede en las elecciones presidenciales, cuando los políticos están más ocupados en cumplir sus promesas inviables.

Asimismo, a esto debemos agregar que las negociaciones para elevar el límite de la deuda ayudaron, pero no solucionaron los grandes problemas. Ahora para remontar la calificación crediticia se debe hacer mucho más, pero sin atacar al pueblo como estará haciendo este Gobierno.

Por ejemplo, no se le puede quitar presupuesto a la Seguridad Social. Si bien existe la posibilidad de aumentar la edad de jubilación, corregir los ajustes por costo de la vida y añadir a los cálculos de las prestaciones sociales para que los beneficios se distribuyan mejor de acuerdo con la necesidad de cada persona; no se debe nunca reducir el consumo interno.

Por otra parte, el recorte del gasto discrecional es fundamental pero paralelamente hay que aumentar la inversión en las principales áreas de inversión pública.

Si Estados Unidos hace todo esto, tendrá el respeto y la calificación «AAA» nuevamente en sus manos a fines de este año. Si no, pagarán un precio muy alto.

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