El margen de contribución es un dato muy importante que ayuda a entender y mejorar las finanzas de las empresas. Estas son algunas de las características más importantes que debemos conocer. Analizaremos su fórmula, aplicación y modelo de funcionamiento.
En el cálculo interno de las finanzas de la empresa no siempre acertamos con la relación entre los costes y el valor de lo producido. Existen algunas métricas que nos ayudan en estos cálculos. El margen de contribución es una de las más importantes.
Sin embargo, a diferencia de otras herramientas de medición en la empresa, en este caso no suele ser una información que se haga pública. Esto es lógico, en la relación entre el coste y los ingresos está el beneficio de la empresa. Generalmente, las empresas quieren ocultar a la competencia su relación de gastos e ingresos y sus estrategias al respecto.
¿Qué es el margen de contribución?
En una definición simple diremos que el margen de contribución equivale a los ingresos que la empresa obtiene de sus ventas menos los gastos variables.
Habitualmente, el resultado que se obtiene (en dólares) puede cubrir cualquier tipo de gasto fijo y los excesos son los que se consideran ganancia
Este margen, cuando se presenta en dólares o a través de un porcentaje, puede llegar a indicar diferentes valores o registros, desde un monto total hasta por línea de producto o incluso por unidad de producto.
¿Cuál es la fórmula del margen de contribución?
Se trata de una fórmula que no es compleja. Para su cálculo simplemente se resta la cantidad de costes variables a los ingresos netos por venta. De esta manera se obtiene el margen de contribución.
En algunas variables se puede calcular sumando los costes fijos más la utilidad neta, aunque esto es más complejo y se orienta más a la producción industrial.
Cuando en lugar de obtener un número en dólares lo que tratamos es de obtener una proporción, es decir, un índice, la fórmula sería la siguiente: el resultado de restar los costes variables a los ingresos netos por venta dividido por el precio por unidad.
¿Por qué son tan importantes los costes variables?
Los costes variables son la clave determinante a la hora de hallar el margen de contribución. Si la fórmula para este margen es sencilla, lo realmente difícil es calcular los costes variables.
Un coste variable será aquel gasto directo o indirecto que tenga una empresa cuando fabrica, produce o vende un bien o un servicio. Los costes variables se pueden ver influidos por la cantidad de unidades por servicios prestados, pero también por otros factores como la temporalidad, la estacionalidad o incluso la falta de materia prima.
Sin embargo, en un modelo perfecto, el coste temporal sería solamente el que se ve influido por el aumento o la disminución de la productividad. Aunque, esto es poco probable en un mundo como el actual donde los mercados influyen tanto en los costes variables.
Por ejemplo, si gestionamos una cadena de peluquerías y sabemos que en los meses previos al verano tenemos un enorme aumento de solicitud de lavado de cabellos y corte de pelo, también sabemos que aumentará la cantidad de champú que deberemos utilizar. En este caso el champú es un coste variable.
Este coste se modifica por el aumento de la cantidad de servicios que hemos prestado, pero también por la estacionalidad ya que en la primavera realizaremos más cortes previos al verano que en otros momentos del año.
¿Qué se puede considerar coste variable?
Es importante entender que no para todo el mundo el coste variable es igual. Un ejemplo lo tenemos en los servicios y suministros.
Si seguimos con el ejemplo de la peluquería, la cantidad de consumo de agua durante el periodo de mayor volumen de servicios será superior a la de otros momentos del año. Por lo tanto, en este caso el coste de agua podría ser un coste variable. Sin embargo, en una oficina bancaria, el coste del agua se mantendría inalterable porque no tendría picos significativos de consumo, en este caso sería un coste fijo.
Aun así, algunos elementos que se pueden considerar costes variables son los siguientes:
- Las materias primas que vas a emplear en la producción
- Elementos de suministro necesarios para tus productos o servicios
- Costes por unidad de trabajo, incluyendo los salarios y otros costes derivados
- Gastos de comercialización, donde se incluyen comisiones comerciales, etc.
- Costes de envío y transporte
¿Qué se puede considerar coste fijo?
Como hemos visto antes en algunos casos la frontera entre un coste fijo y un coste variable es algo difusa. En general, un coste fijo es el que no va a depender de lo que produzcan o lo que vendas ya que siempre mantendrá un precio más o menos regular.
Algunos ejemplos de coste fijo podrían ser:
- Costes de alquiler o amortización de compra de locales
- Seguros
- Salarios fijos (cuando no se vinculan a la productividad de manera directa)
- Impuestos según el valor de la propiedad
- Servicios públicos, cuando los consumos no tienen que ver con los productos o servicios
- Intereses y amortizaciones financieras
¿Por qué es tan importante el margen de contribución?
Se trata de una métrica de primer nivel en el mundo empresarial. Ten en cuenta que cuando una empresa va a definir los precios de sus productos o servicios, el margen de contribución es uno de los niveles de medida más utilizados.
Generalmente se considerará que un margen de contribución alto es adecuado ya que va a asumir la posibilidad de cubrir los costes fijos y los variables, dejando también espacio para el beneficio.
Cuando se realiza el cálculo métrico y los márgenes de contribución resultan bajos o son negativos, la relación entre el precio y el coste de un producto o servicio puede no ser rentable. En este caso las empresas toman decisiones estratégicas que pueden ir desde aumentar los precios hasta tratar de reducir el coste.