Pujol, de casta le viene al galgo

Las últimas revelaciones de los negocios de la familia Pujol, incluída una denuncia de la exnovia de Jordi Pujol Ferrusola sobre sus negocios y actividades presuntamente ilícitas, han puesto de actualidad a una familia cuyo ambiente siempre ha sido el de la banca y las finanzas, moviéndose siempre junto a la línea roja de la legalidad.

Ante la negativa de Jordi Pujol de poseer dinero en Suiza, respondió la Brigada antiblanqueo asegurando que su inversión de 125 millones de dólares en el Hotel Encanto de Acapulco procedía del banco privado Lombard Odier, con sede en Ginebra (Suiza).

La figura de Florenci Pujol

Si bien inicialmente la reacción de la ciudadanía puede ser de sorpresa e incrudulidad ante este tipo de acusaciones, la incredulidad no sería tanto si comenzamos a indagar en la historia familiar.  Entonces nos daríamos cuenta de que la familia Pujol ya conoce sobradamente este tipo de situaciones.

Florenci Pujol, patriarca de la familia y padre de Jordi Pujol, compró su primer banco en el año 1959.  Se trataba de la Banca Dorca, que le costó a Florenci Pujol 12 millones de pesetas de la época.

Oficialmente, y en representación de Florenci Pujol, los compradores de Banca Dorca fueron su hijo Jordi Pujol, su madre María Soley, el empresario Francesc Cabana, cuñado de Jordi al estar casada con su hermana menor María Pujol, y el empresario catalán David Tennenbaum, que adquirió las acciones a través de su esposa Ruth Kichsner.  Tennenbaum era socio de Florenci Pujol en una pequeña empresa cuya actividad fundamental era la inversión en bolsa y el intercambio de divisas.

Florenci Pujol, el «Pujolet de la Borsa»

Tal y como señalan Félix Martínez y Jordi Oliveres en su libro «Jordi Puyol, en nombre de Cataluña«, Florenci Pujol, conocido entonces como el «Pujolet de la borsa», era socio de David Tennenbaum y ambos se dedicaban a la compraventa de divisas en la década de los años 1950.

Su actividad en el mundo del intercambio de divisas les trajo un gran número de problemas con las autoridades de la época, y tal como aparece en el BOE de 9 de marzo de 1959, los dos socios, Florenci Pujol y David Tennenbaum fueron condenados por evasión de capitales a Suiza.  Fue esta la razón por la que en Banca Catalana, heredera de Banca Dorca, no pudieron figurar ambos socios en el Consejo de Administración de la entidad, haciéndolo sus esposas.

No parece, por tanto, que la evasión de divisas a Suiza sea algo muy novedoso en la familia Pujol.

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