Cosas a tener en cuenta al cambiar de compañía de luz

Es curioso pero, hoy en día, aún existen muchas personas que muestran reticencias ante cuestiones como buscar y cambiar de compañía de la luz para pagar menos y/o obtener un mejor servicio. Sin embargo, actualmente cambiar de compañía de luz es realmente sencillo y en algunos casos, tremendamente recomendable para nuestros bolsillos y nuestra tranquilidad.

Cosas a tener en cuenta al cambiar de compañía de luz

En este proceso, similar al de dar de alta la luz (salvo porque no tiene ningún coste y no nos quedarnos sin luz en ningún momento) lo que haremos será simplemente trasladar nuestro suministro a otra comercializadora (la empresa que nos da el servicio y nos lo factura, y que podemos elegir). Nosotros lo pedimos a la comercializadora que hayamos elegido y ésta, a su vez, lo tramita con distribuidora (la que nos toca por zona, dueña de la instalación y encargada de estas modificaciones, entre otras cosas). Aunque este proceso parece complejo, en casos como el de HolaLuz.com resulta realmente sencillo.

Ahora bien, para elegir con criterio es necesario tener en cuenta nuestro caso concreto, yendo un poco más allá de revisar comparativas que, en muchas ocasiones, arrojan resultados muy generales y se quedan solo en el precio.

Cosas a tener en cuenta antes de cambiar de compañía de luz

Debemos empezar por ser conscientes de lo que tenemos contratado: detectar si pagamos de más por algo que no utilizamos (demasiada potencia contratada, servicios de mantenimiento y similares que probablemente nunca usaremos y que encarecen la factura, etc) y buscar una compañía que nos ayude a optimizar esos gastos haciendo las modificaciones necesarias para ello (mejor sin descuentos “ganga” de por medio que pueden sorprendernos para mal). En este sentido también es interesante tener en cuenta si por nuestros horarios de consumo nos interesa una tarifa con discriminación horaria (que ofrecen todas las compañías) con un precio más barato para ciertas horas del día que, siempre que podamos aprovecharlo, nos puede aportar ahorro.

Además, si es posible, buscaremos una opción que mejore lo que pagamos por la energía disfrutada (precio del kWh), ya que el importe fijo que pagamos por potencia contratada normalmente es igual para todos. Es decir, no debemos fijarnos en el importe total de una o varias facturas, sino en el precio de potencia, lo que pagamos por los kW de potencia contratada (el “fijo”, algo así como el ancho de banda de nuestra instalación) y sobre todo en el precio de energía, € por kWh disfrutados, que varían mes a mes.

Esto nos va a dar una perspectiva real de donde nos situamos con respecto al resto de ofertas del mercado, condiciones de pago (cuotas, precios fijos y variables, etc) y los servicios y ventajas de cada compañía (energía verde, un trato más cercano, gestión online, posibilidad de corregir posibles errores antes de facturar…), ventajas que en algunos casos son lo suficientemente interesantes como para justificar un cambio.

¿Cuándo cambiar de compañía de luz?

Si algo de lo anterior mejora en otra compañía (o todo) es entonces cuando debemos plantearnos el cambio. Si nos decidimos a hacerlo lo primero es asegurarnos de que no tenemos permanencia con la compañía actual, algo que, dicho sea de paso, es un punto a favor de la nueva comercializadora que elijamos en caso de que no la impongan. Es decir, apostar por una compañía que no nos ate nos dará la confianza necesaria como para probarles sin miedo a consecuencias económicas y con la libertad de saber que, si no estamos a gusto con ellos, nos podremos ir en cualquier momento.

Si ahora somos libres de cambiar, podremos solicitarlo en cualquier día del mes, sea cual sea el momento de facturación en que nos encontremos. A partir de ahí cada compañía de luz lo gestiona como prefiere. Por ejemplo, en el caso de la compañía de la que hablábamos al principio, a partir de la solicitud de cambio se encargan de tramitar todo con distribuidora, que es la que lo lleva a cabo, pero les piden expresamente que el alta definitiva se active después de la próxima lectura real del contador, para empezar a facturar correctamente.

En resumen, debemos empezar por ser conscientes de lo que tenemos y de cómo mejorarlo, comparando con otras compañías y fijándonos en todo lo dicho. Si encontramos una o varias mejoras que nos compensen, ya podemos dar el paso.

Imagen de Ezume Images de shutterstock

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