Las monedas sociales: una salida a la crisis

eco

Tarragona y Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) tendrán el extraño privilegio de ser las primeras ciudades en utilizar una moneda social que tendrá el objetivo de incrementar el poder adquisitivo de las familias que están siendo afectadas por la crisis. Además de impulsar el comercio de proximidad, frenar la dispersión de la riqueza y contribuir al acceso a los bienes básicos. Este tipo de monedas llevan bastante tiempo en Suramérica y Centroeuropa.

Se denominan monedas sociales, funcionando de manera paralela a las monedas oficiales y están empezando a utilizarse en algunas localidades catalanas en las cuales los consumidores, comerciantes y redes de economía solidaria están trazando acuerdos como una forma de evitar la dispersión de la riqueza, favoreciendo el consumo sostenible y el de proximidad.

A partir de Octubre comenzarán a circular 10.000 Ecos, así se llama esta nueva moneda tarraconense, equivalente a la misma cantidad de euros. Por lo que a partir de la salida de esta nueva moneda, los consumidores a la hora de adquirir un producto o servicio podrán solicitarles que les devuelvan el cambio de sus respectivas compras en ecos y no en euros. Al comienzo cada consumidor que interactúe con esta moneda obtendrá más ecos de los que les corresponderían en el cambio, esta medida se debe al objetivo de que los consumidores concurran a los 30 comercios de la red.

Si bien es un intento de salida ante la crisis económica, muchos de los que dudan de este tipo de iniciativas piensan que los buenos resultados se obtendrán en comunidades y sitios de no muchos habitantes.

El colectivo Ara! realizará otro intento por impulsar la utilización de su moneda social -el Grama- en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), y tiene como ventaja que no solamente servirá para adquirir productos, también se podrían adquirir servicios.
Si bien no es nuevo este tipo de iniciativas, las diferentes monedas sociales vuelven cada vez que la situación económica se hace imposible de sostener por los diferentes sectores y existe una escasa liquidez como la actual. En los países en que se ha aplicado ha servido para sostener el consumo en el corto y mediano plazo, retirándose de circulación con el repunte de la situación económica.

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