trueque

El trueque consiste básicamebnte en intercambiar un objeto o servicio por otro sin que medie dinero en la operación. En este sentido, puede decirse que el trueque forma parte de la prehístoria de la economía. Se trata del precursor del comercio como lo entendemos hoy en día y quizás de la primera forma de comercio que haya existido.

El trueque fue lo que permitió a los primeros asentamientos humanos dar el siguiente paso y crecer hasta convertirse en poblados. Aunque posiblemente se practicase desde siempre, el trueque empieza a cobrar fuerza cuando surgen los primeros excedentes productivos en las comunidades como método para mejorar su eficiencia. Si un determinado terreno no era apto para el cultivo o sus habitantes eran buenos cazadores, podían prescindir en parte de esa actividad e intercambiar su caza por plantas, armas o cualquier otra cosa que necesitase.

Sin embargo, el trueque presenta importantes limitaciones desde un punto de vista del desarrollo económico. La primera es que será necesario encontrar a alguien que quiera intercambiar lo que nosotros deseamos por lo que él ofrece, lo que puede consumir mucho tiempo. Como respuesta a este problema surgen las casas y mercados de intercambio en las que bastaba con depositar la pieza para que ellos se encargasen de llevar a cabo el trueque. Esto nos lleva al que quizás sea el mayor inconveniente de este sistema: la dificultad de calcular el valor exacto de las cosas que vamos a intercambiar. Al tratarse en muchos casos de alimentos perecederos, animales y herramientas, resultaba complicado determinar el ratio de intercambio. ¿Valen lo mismo dos gallinas que un cerdo? ¿Y que una lanza y una red de pesca? ¿Y si el cerdo parece enfermo?

Como respuesta a este problema empezaron a surgir diferentes unidades de medida hasta el nacimiento de las monedas. La sal, debido a sus propiedades para conservar los alimentos y ser por lo tanto un bien necesario, fue una de las medidas más utilizadas. La aparición de las monedas hizo que el trueque se convirtiese en comercio y dio lugar a los primeros sistemas económicos ‘modernos’.

Aunque limitado, el trueque siguió existiendo y de hecho ha llegado a nuestros días. ¿Quien no ha intercambiado unas horas de bricolaje por, por ejemplo, ayuda con el ordenador? En épocas de crisis es cuado el trueque revive como fórmula de ahorro, ya que no implica ningún gasto monetario. No sólo lo practican los particulares sino que ya hay empresas que promocionan el trueque o bartering como fórmula para hacer negocios y abaratar costes. Algunos viveros de empresa de nueva creación se basan en estructuras que fomentan el trueque de servicios entre sus componentes como forma para recortar costes, al tiempo que comparten gastos.

En definitiva, el trueque ha sido, es y será una fórmula recurrente de comercio.

Foto Malaqa en Flickr