¿Qué sucede si Estados Unidos entra en default?

Una de las ideas que flotan recientemente alrededor del fisco, es que Estados Unidos debe «declararse en quiebra» y comenzar el impago de su deuda.

La noticia surge mientras que se lleva a cabo el debate en el Congreso sobre si se debe o no aumentar el techo de la deuda. Si la mayoría no lo aprueba, el gobierno de Estados Unidos puede cumplir con sus obligaciones hasta el 2 de agosto 2011, gracias a una contabilidad creativa. Una vez que se alcance la fecha tope, el gobierno comenzará a estar en deuda.

¿Qué sucede si el techo de la deuda no se aumenta?

Cuando existe un defecto en las cuentas de los países con respecto a deudas, no funciona igual que cuando las personas se declaran en quiebra. En muchos casos, los resultados llevan a la reestructuración, y la deuda se paga durante un largo periodo de tiempo, o por medio de nuevos términos elaborados, o parte de ella se le perdona (pero esto no sucede tanto para los países ricos y desarrollados). Lo que realmente sucede cuando un país tiene problemas para enfrentar su deuda soberana es que la confianza en los activos de ese país se reduce.

Existen dos efectos inmediatos que podrían suceder si el Congreso se niega a elevar el techo de la deuda:

  • El principal impacto en los mercados vendría a partir de una liquidez muy reducida en el mercado del Tesoro de Estados Unidos, y también será aplicable a los procedimientos de las entidades financieras.
  • Por otra parte, ya no es tanto el problema del estancamiento político y los problemas de deuda, dado que los inversores del Tesoro recuperarán su dinero, sino que existe una cuestión de si los Estados Unidos puede llegar a perder eso que lo hizo especial. La respuesta sería que sí y las consecuencias para el crecimiento del país podrían ser significativas.

No olvidemos que en base a esto último, Standard & Poor amenaza con cortar la calificación crediticia de Estados Unidos si el techo de la deuda no se eleva. Eso significaría que las tasas de los bonos del Tesoro de Estados Unidos sería más alta, lo que significa que el gobierno tendría que pagar más en intereses de quienes están dispuestos a pedir prestado.

Además, ya no sería visto como el lugar más estable para aparcar los activos del mundo. Algunos están incluso yendo tan lejos que llegan a predecir que el problema podría significar una pérdida de fe en el dólar hasta el punto de que se lo destrone de ser la moneda más confiable.

Entonces, si se quiere mantener «el buen nombre de los Estados Unidos» en los círculos fiscales del mundo y si desean evitar otra crisis financiera local y global, muchos creen que el techo de la deuda tiene que ser elevado. Por otro lado, sin embargo, hay quienes señalan que el aumento del techo de la deuda sólo alentará a más de las mismas decisiones que llegaron a meterlos en este embrollo.

Es por eso que algunos políticos insisten en que la reforma del presupuesto debe iniciar desde la legislación necesaria para elevar el techo de la deuda. Pero podría ser demasiado tarde para recortes de gastos para hacer una diferencia real en el problema de los gastos del gobierno. Algunos argumentan que los aumentos de los ingresos también se necesitan.

El principal argumento es que los recortes serios del gasto podrían resolver el problema del déficit. Por otro lado, el argumento es que aumentar los impuestos es la solución. Muy pocos están dispuestos a decir que el dolor tiene que venir de los dos extremos: los programas tienen que ser cortados, y los impuestos deben ser reformados.

Elevar el límite de la deuda no solucionará la irresponsabilidad fiscal que ha mantenido la cultura de Washington. Lo que se deben aplicar son soluciones a largo plazo que incluyen mejores hábitos de gasto, y lo más probable es que requieran mayores impuestos, pero no en los pobres, sino en los individuos más ricos y las corporaciones.

Una reflexión final: «Argentina, Grecia, Portugal, y otros países han oído los consejos de Estados Unidos (a través de su despiadado FMI) y aplicado las políticas que ellos indicaban para recortar el gasto -dividir al país y acumular riqueza en pocas manos- sin oportunidad de seguir endeudándose, porque lo importante era ajustar y pagar, siempre pagar… Ahora, cuando el líder cae ¿por qué no debe recortar, ajustar y pagar?»

Suena a venganza y desprecio, pero es solamente un poco de su propia medicina.

Imagen: Financialred

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