Dación en pago: buena para unos y mala para otros

La dación en pago se ha erigido como una de las posibles soluciones a la que es sin duda una de las consecuencias más dramáticas que se están produciendo en nuestro país desde que estallara la crisis. Los desahucios. Sin embargo, esta merece un análisis detallado y evaluar las consecuencias que su aceptación supone.

El deudor incurso en un proceso de ejecución hipotecaria espera saldar su deuda entregando la  casa a su entidad financiera, es decir, la dación en pago. Pero en la mayoría de los casos esto no ocurre así. Una vez entregada la vivienda al banco tendrá que seguir pagando la deuda.

En este sentido, La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) a través de una Iniciativa Legislativa Popular ha conseguido que el Congreso de los Diputados estudie la dación en pago como forma de saldar la deuda con la entidad bancaria y poner fin al drama social de los desahucios.

A primera vista es lo que parece justo y razonable pero, ¿por qué los bancos no lo aceptan?

Los bancos necesitan todo lo contrario, liquidez y desprenderse de los activos inmobiliarios que se encuentran en su poder. Por otra parte, está el temor a que se produzca una oleada de hipotecados que acudan a su entidad a entregar las llaves de su vivienda, con la consiguiente desestabilización del sistema financiero en general.

A favor de la dación en pago

En un primer lugar, la aceptación al estudio de la propuesta de la dación en pago promovida por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca es un primer paso a lograr un mayor consenso entre ciudadanos y bancos, favoreciendo conciliaciones y renegociaciones de las deudas.

Evidentemente, hay que poner coto a este drama social del que difícilmente pueden salir los desahuciados al encontrarse en un círculo vicioso que genera  aún más endeudamiento e incapacidad para liquidar sus deudas.

El 1,4 millones de ciudadanos han suscrito la iniciativa legislativa popular promovida por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca con el fin de que la dación sea aceptada como forma para liquidar la deuda, por tanto, su voz debe ser escuchada.

En contra de la dación en pago

La aceptación de la dación en pago llevaría a un endurecimiento de las condiciones para acceder al crédito por parte de las entidades bancarias. A más riesgo, mayor encarecimiento de las hipotecas.

Desestabilización del sistema financiero si se produjera una oleada de ciudadanos que acuden a sus entidades bancarias a entregar las llaves de su vivienda y poner así fin a su endeudamiento.

Las consecuencias de la aceptación de la dación son difíciles de prever a primera vista pero, no hay duda de que el drama de los desahucios seguirá recrudeciéndose ante familias cada vez más endeudadas y con menores ingresos, de ahí, la necesidad de adoptar medidas urgentes tales como el alquiler social.

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